IBAGUÉ. En una camilla y mientras le aplicaban suero para pasar los efectos de la escopolamina, Yeimy Díaz contó el ‘infierno’ que vivió por cinco horas junto con su familia tras ser atracada en su finca Las Brisas en la vereda La Helena, vía al corregimiento de San Bernardo.
Historia. En las urgencias de la USI del Salado y en cuatro camillas estaban Yeimy, sus abuelos Aurora Torres, Rafael Díaz y su padre César quien no dejó que lo siguieran examinando los médicos y se devolvió para su vivienda por el temor a que los ladrones regresaran nuevamente a su morada.
La joven de 18 años de edad contó que “estábamos en el cuarto, mi papá, mi abuelo y mi abuela estaba en la otra casa. En esos momentos escuchamos unos ruidos, mi papi y mi abuelito salieron para ver qué pasaba, pero los vi entrar, los estaban apuntando con armas. Nos entraron a todos para la pieza y nos hicieron acostar bocabajo. Nos dijeron que les pasáramos los celulares y que dónde estaba la plata”.
“¿Cuál plata?”, fue lo que respondió don Rafael, de 74 años de edad. Los delincuentes encapuchados ingresaron a la vivienda con el objetivo de llevarse el ‘botín’ que correspondería a un dinero por la venta de unos marranos que hizo la semana anterior.
El martirio. Mientras Yeimy y sus dos seres queridos permanecían en la habitación, uno de los ‘pillos’ le dijo a otro que fuera por doña Aurora y la encerró junto con ellos, mientras sus ‘compinches’ revolcaban todo buscando los billetes.
“Pasó un rato y seguían preguntando por la plata, y dijeron entonces va a tocar por las malas amenazándonos, mi abuelo les contestó que no había plata que lo que le habían pagado ya se lo había gastado. Entonces que nos tomáramos una pasta, que eso no nos iba a hacer nada, mi abuelito dijo que no porque eso le afectaba el corazón, que no podía tomar pastas”, indicó Díaz.
Mientras la ‘pócima’ del delito les hacía efecto, los ladrones seguían en la finca, pero arribaron otros.
El ‘botín’. En la finca guardan una motocicleta y una camioneta que son de propiedad de otra persona ajena a la familia Díaz Torres, por lo que los ‘pillos’ al ver que no encontraron la ‘platica’ les preguntaron a sus víctimas sobre los vehículos: “Se llevaron una Toyota amarilla y una DT. La moto de mi papá estaba al fondo, pero no se la robaron porque a penas la estaba pagando”.
Las víctimas fueron amordazadas, les taparon la boca con trapos y los dejaron encerrados con llave.
Por su parte, los ‘cacos’ huyeron en los rodantes. Pero la dicha para ellos no fue duradera ya que en la vía hacia Rovira la Policía detuvo a dos sujetos con la camioneta, motocicleta, un televisor, dos celulares y un arma de fuego, al parecer los mismos que robaron en Las Brisas.
Los uniformados tomaron los equipos móviles y llamaron a varios contactos para saber la procedencia de los elementos ya que los individuos actuaron de manera sospechosa.
“Se comunicaron con mi tía, ella luego llamó al celular de mi abuelita, contesté y me preguntó por qué en Rovira habían encontrado ese celular con el número de ella y le conté como pude lo que nos había pasado pues estaba mareada y no podía hablar bien, luego un primo fue a la casa y nos abrió la puerta. Finalmente nos llevaron al centro asistencial”, puntualizó la afectada.