IBAGUÉ. Una mujer resultó con quemaduras en sus glúteos al sentarse en una buseta cuando iba para su casa luego de trabajar. Ahora necesita ayuda, pues quedó afectada por la lesión causada al parecer con ácido.
Historia. Leonor Arroyo, tiene 57 años de edad y llegó a Ibagué hace cinco proveniente de Medellín. Desde ese momento trabaja como vendedora ambulante para sosternese con su esposo que está desempleado, pero hace dos semanas su vida le cambió pues sufrió quemaduras de segundo grado en su cola al sentarse en el puesto trasero de una buseta.
Ese día Arroyo salió de su residencia en el barrio Modelia Uno hacia El Vergel donde construyen unos apartamentos. Ella junto con su pareja venden comida a los trabajadores, pero al terminar salieron a la avenida Ambalá a coger buseta: “Nos bajamos hasta la bomba donde hay un lavadero de carros, entramos ahí a vender y cuando terminamos nos atravesamos al otro lado y cogimos la ruta 31, nos subimos y pagamos el pasaje. Nos fuimos a sentar en la banca de atrás porque llevábamos unas cocas con las que ofrecemos los productos y teníamos muchos ‘corotos’ y en la parte de adelante no nos cabían. Cuando me senté, sentí una picazón en la parte de atrás,me ardían las nalgas”, señaló la mujer.
El dolor y ardor fue tan fuerte que Arroyo no se aguntó y “le dije a mi esposo me está picando, la carne me pica, por qué me pica tanto, sentía que la carne se me estaba cayendo a pedazos, tenía sociego. Fui hasta donde el conductor y le conté lo que me pasaba”.
El chofer paró la buseta y miró el puesto donde iba Arroyo y “dijo ay, eso es ácido, ¿quién habrá hecho esto? pero se fue hasta la cabina, prendió su carro y siguió su destino como si nada”.
Al parecer, el profesional del volante en el momento no le prestó atención a lo que le sucedía a su pasajera, por lo que ella ante el mal estado de salud por las quemaduras decidió ir a la USI del barrio El Salado; sin embargo Arroyo nuevamente le pidió ayuda: “El señor me dijo que si acaso él tenía la culpa, que él no había echado el ácido en la banca, pero le respondí que iba como pasajera y entré alentada. Le indiqué usted tiene un patrón y me contestó que él no tenía la culpa, pero le pedí que hablara con él para que solucionara algo, pero como no me paraba bolas tomé el número interno del bus porque la placa no iba por dentro y el número de la empresa, a lo que me vio paró y llamó al patrón, este le manifestó que me llevara al centro médico”, contó la femenina.
Atención. Según la afectada, las quemaduras fueron de segundo grado, en las urgencias la atendieron y luego le dieron de alta: “El ácido lo echaron en la silla y como estaba empozado, cuando me senté se absorbió y el interior que llevaba se pegó de mi carne, el pantalón se puso rojo. El médico me valoró, me formularon 10 curaciones y cremas, el conductor pagó la crema, pero solo pagaron siete curaciones. Me tocó comprar un medicamento, pero estoy mal, no puedo estar parada, me duele, no puedo caminar y mi estado de salud ha sido complicado por lo que no puedo trabajar bien”, refirió Arroyo.
Ayuda. Las personas de buen corazón que quieran ayudar a Leonor Arroyo se pueden comunicar al 3222040734, pues necesita medicamentos para su mejoría y no ha podido laborar debido a las complicaciones en su piel.
Habló el dueño
Sobre el suceso, Juan Reyes, propietario de la ‘naranja’ refirió que “de pronto alguien se subió con o sin intención y regó un químico, y salió afectada. El conductor me llamó y le dije que la llevara al centro de salud porque estaba cerca a la plaza del Salado. El médico le formuló unas drogas y curaciones le dije que lo cancelara porque uno tiene que ser humanitario con el usuario que es el que nos da el sustento diariamente, en Cotrautol reposa un fondo con las facturas. Ella argumenta que se quedó sin trabajo, se colaboró, no es culpa del conductor, ni de la señora, ni mía”.