IBAGUÉ. La tragedia ocurrida el domingo en el barrio Jardín Musicalia de Ibagué, cuando el conductor de un taxi que estaba siendo atracado cayó con su vehículo encima de dos viviendas, no sólo apagó la vida de una joven madre y su ‘angelito’, también dejó a una familia vecina damnificada.
Damnificados. Se trata de Luz Marleny Salazar Borja, su esposo y sus dos hijas de cinco y nueve años de edad.
A ellos, ese mismo día, en medio del pánico, un fuerte aguacero y la tristeza por la muerte de su vecina, les tocó dar a guardar donde pudieron los enseres, entre estos las lavadoras que alquilaban, y trastear con lo necesario para la casa de un familiar.
Allí están de posada y aunque el futuro es incierto, la señora Luz Marleny, quien casi toda su vida (25 años), había habitado la casa de esterilla contigua a la de los Romero Salazar, guarda la esperanza que después del infortunado hecho la Alcaldía les ayude con una solución de vivienda.
Contó que hacia las 4 de la madrugada de ese día, ella, su esposo y sus hijitas, escucharon como el televisor, comedor, las lavadoras y todo lo que había en la parte del primer piso empezó a caer.
“Pensé que era un terremoto. Cuando abrimos la habitación estábamos encerrados, claro, todo estaba en el piso. El taxi había tumbado una parte de la casa”, dijo.
Agregó que su esposo, como pudo, salió de la vivienda y cruzó para la casa vecina, pues varias personas pedían auxilio y trataban de correr el taxi para auxiliar a las tres personas que dormían un una misma cama: la señora Doris Salazar Moya (quien se recupera en una clínica de la ciudad) y Marolin Romero Salazar y su pequeño Joshua.
Duele mucho. “Los vecinos salieron y con ayuda de los policías levantaron el carro. Como la ambulancia no llegaba, mi esposo alzó primero al niño y después a Marolin. A los tres los trasladaron en una patrulla, pero la muchacha y el niño iban sin signos vitales. La partida inesperada de la muchacha y el bebé nos dejó mal psicológicamente. Ella era muy alegre, estaba feliz con su hijito. Incluso, el sábado había cumplido los 40 días del posparto y decía que a partir del domingo ya podía salir y retomar su vida. Sin embargo, la vida no le alcanzó”, puntualizó Salazar Borja.