IBAGUÉ. Una multitudinaria despedida tuvo el patrullero de la Policía Nacional Henry Mauricio Nieto Ochoa, a quien la noche del jueves presuntos miembros de una organización delictiva le arrebataron la vida durante un ataque con armas de fuego a la altura del barrio El Oasis de Puerto Berrío, Antioquia, cuando se movilizaba en una motorizada en compañía de Jefferson Vargas Ariza.
Nieto Ochoa, de 39 años de edad, era oriundo del Líbano pero estaba arraigado en Ibagué desde hace más de una década y gozaba del respeto y reconocimiento de sus vecinos en la manzana V de la Novena Etapa del Jordán, pues lo calificaban como un caballero, respetuoso y que no tenía conflictos con nadie.
El adiós. Centenares de personas entre familiares, colegas y amigos se reunieron ayer en la tarde en la iglesia San Bonifacio de la Novena Etapa del Jordán para sus exequias por medio de una misa solemne que duró cerca de 60 minutos.
Al finalizar la eucaristía, la banda de la Policía Nacional dispuso de un protocolo digno para honrar la memoria de este héroe tolimense.
Los uniformados conformaron una calle de honor que partía desde la puerta de la iglesia y llegaba hasta el carro fúnebre que transportaría el cuerpo de Nieto Ochoa.
Mientras avanzaba el féretro, las trompetas retumbaban ante la triste mirada de rostros desencajados y dolidos por la inexplicable ausencia del patrullero Nieto Ochoa.
Entretanto la Dirección de Tránsito y Transporte dispuso un operativo para el acompañamiento de los vehículos con destino al Parque Cementerio Los Olivos, lugar al que sería trasladado el cuerpo del patrullero.