IBAGUÉ. Al parecer estupefacientes, armas blancas y celulares se convirtieron en el ‘pan de cada día’ para los jóvenes que permanecen al interior del Politécnico Luis A. Rengifo del barrio Claret. Así lo pudo corroborar Q’HUBO tras acceder a una serie de fotografías en las que se observa a varios menores de edad mientras posan con orgullo ante la cámara de un dispositivo móvil.
Una fuente que no quiso revelar su identidad señaló que el recinto es muy ‘blandito’ con los controles para el ingreso de visitantes y los propios educadores, pues “ellos le alcahuetean el consumo y las armas a los muchachos para que se peleen adentro”, expresó.
El informante agregó que tales elementos han sido el detonante para las disputas entre los jóvenes que suceden casi a diario y que las directivas suelen bajarle el perfil para que la comunidad ibaguereña no se entere.
“El objetivo es que se reformen (los jóvenes) pero sucede todo lo contrario porque están aprendiendo nuevas mañas. Ahí tienen la posibilidad de consumir bóxer y otras porquerías que solo se consiguen en la calle, pero no pasa nada porque ese Instituto no tiene doliente”, agregó la fuente.
Contraparte. Q’HUBO se comunicó con Yeison Cardona, director del Politécnico Luis. A Rengifo, quien no desconoció la problemática.
“La mayoría de jóvenes provienen del barrio El Bosque o Matallana, por lo que muchos expendedores de droga de esas zonas vienen para lanzar sustancias desde los osarios de la iglesia del Claret, pues simulan visitar a un ser querido para ejecutar esas fechorías”, expresó Cardona.
El directivo reconoció que la Policía Metib incrementó los controles y la seguridad para contrarrestar dicho flagelo, pues en la actualidad avanza una “investigación grande” porque en el asunto habría familiares de los internos involucrados.
